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Invocación al diablo

De todas las invocaciones satánicas esta es la más universal.
Con ínfimas variantes está presente en el "Libro de Thot",
"Las Clavículas de Salomón", los textos revelados de Nicolás Flamel
en "La Cábala", "Los Secretos" del Gran Alberto y, con ligeros cambios,
en muchos otros textos fundamentales del ocultismo.
El texto reproducido pertenece al "Enchiridión" de León III.

El dia uno de Noviembre, a las doce de la noche, encierrate en una habitación.
Estará toda cubierta de paños negros y tendrá por único mueble una mesa de tres pies.
Coloca sobre la mesa dos cirios de cera encendidos y, en medio de ellos, un cráneo humano.
Desnudate por completo, y en pie, con la mano izquierda sobre la calavera y sosteniendo en la derecha un tridente, elevarás la vista al techo de la habitación, que también estará cubierto con un paño negro, y pronunciarás mentalmente esta frase:


Rey de los infiernos, poderoso señor a quien el mundo rinde culto.
Tu que dominas desde los antros tenebrosos del infierno hasta la superficie de la tierra y sobre las aguas del mar.
Tu espíritu infernal todo lo puede. Yo te adoro, te invoco, te pido y exijo, después de entregarte mi alma para que de ella dispongas, que abandones las regiones infernales y te presentes aquí dispuesto a concederme lo que te pida.
Rey de los infiernos, de todo corazón y con el alma condenada te entrego mis tesoros, mi dicha entera sí accedes a mis ruegos.
Ven a mi, rey y señor, soy tu siervo, ninguna imagen o objeto religioso hay en mi casa.
Rey de los infiernos, preséntate sin temor a ser desobedecido, desciende, penetrame con tu luz, lanza tu sombra majestuosa sobre tu esclavo.
Maldito, maldito, maldito sea el dia en que sobre mi cabeza derramaron agua bendita.
Satán mi rey, Satán rey de los reyes, soy tuyo y quiero ser tu esclavo.
Satán, mi rey y señor, invoco tu presencia ante mi

Concluida esta invocación se traza con el tridente un triángulo en el aire y el diablo aparece dentro de las tres líneas sobre un foco de luz.
En este instante, échate en el suelo boca abajo y mientras la sombra diabólica te cubre, pide en voz alta lo que desees y se te concederá.
Debes ser prudente y tener mucho valor. Si oyes ruidos espantosos no te amedrentes y sí el señor de los infiernos te habla no contestes en voz alta, sino mentalmente y con profundo respeto.
Se ha de tener especial cuidado en no mirar el foco de luz.

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